Al igual que cualquier parte del cuerpo, la boca y las piezas que la componen se van degenerando. Es completamente normal, que a lo largo de los años se vayan sufriendo problemas bucales, que, en un principio, tengan una solución sencilla de llevar a cabo, pero que con el paso del tiempo, las medidas vayan siendo más laboriosas y menos eficaces. Esto lleva a veces a una situación, en la que es más rentable, tanto a nivel económico como a nivel estético, llevar a cabo un implante.
De primeras, la palabra implante parece que es algo muy grande e impactante, e incluso lógicamente asusta al paciente que se tiene que someter a uno. Sin embargo, es un procedimiento totalmente natural, que generalmente acarrea muchos más beneficios que puntos negativos. Se pueden llegar a colocar implantes por varios motivos, generalmente es por la sobre destrucción de un diente, por una caríe, por ejemplo. Un implante, en pocas palabras, es una nueva pieza dental que sustituye a la degenerada. Se coloca a través de un tornillo, que se pone en el hueso de la mandíbula y sobre el que se sitúa este diente artificial. El procedimiento es complicado, pero el resultado termina por ser muy positivo.
Todo comienza con unas pruebas, ya que hablamos de palabras mayores en términos de cirugía dental. Se debe tener una imagen más que clara del estado de la pieza en cuestión y también del hueso sobre el que se colocaría el implante. No todos los implantes son iguales, hay varios tipos y cada caso puede requerir uno distinto. Por este motivo, antes de la cirugía, el especialista debe ser muy cuidadoso con qué tipo de implante recomienda al paciente.
El procedimiento de colocación del implante, una vez llevado a cabo todo procedimiento que le preceda, es el siguiente. Primero la anestesia. En el caso de que se realice un único implante, se utilizará anestesia local. Si, por otro lado, se llevan a cabo varios implantes de una vez, se llevará a cabo una sedación intravenosa. Una vez se coloque el implante sobre el hueso de la mandíbula, el siguiente paso es colocar la corona, gracias a la cual el color de la nueva pieza será igual que el resto de la boca. Este paso se llevará meses después de la primera intervención. Dependiendo del paciente, este periodo oscilará entre los 3 y 6 meses.
El resultado tiende a ser natural, apenas provocando dolor en el paciente. No obstante, dependiendo del implante utilizado, estaremos hablando de una pieza que durará para siempre o una pieza perecedera. Como en cualquier intervención que requiera cirugía, lo ideal es ponerse en manos de especialistas, que tengan buena mano para este tipo de tratamientos. Si esta pensando en hacerse un implante, contacta con Dentista Torrelodones.