¿Tienes dificultades para masticar o dolor al hacerlo? ¿Sientes un dolor intenso en los oídos? ¿Te cuesta abrir la boca o sientes que esta se bloquea? ¿Sufres dolores de cabeza crónicos? Entonces puede que sufras algún problema en la articulación temporomandibular (ATM).
Esta articulación conecta la mandíbula con el hueso temporal del cráneo y puede sentirse colocando los dedos por delante de las orejas y abriendo la boca o moviendo la mandíbula de lado a lado.
El movimiento que realiza la ATM es el que nos permite realizar acciones como hablar, masticar y tragar. Cualquier factor que evite que funcione correctamente puede derivar en un trastorno temporomandibular.
Si esta disfunción en la articulación no se trata, se puede agravar con la edad y en pacientes de edad avanzada puede resultar un verdadero problema.
Cepillar los dientes es importante para gozar de una buena salud bucal, pero no es el único cuidado que debes tener. En este artículo verás qué otros aspectos son importantes a la hora de cuidar tus dientes y tu boca.
Según la Organización Mundial de la Salud unos 3500 millones de personas en todo el mundo sufren de enfermedades bucodentales. Generalmente, causan dolor, molestias, desfiguraciones, etc. La correcta higiene es un factor clave para prevenir este tipo de afecciones.
¿A qué nos referimos con salud bucal?
La salud bucodental completa es un concepto amplio, que abarca conductas que van más allá del cepillado de dientes y el uso del hilo dental. Incluye, además de los dientes, la lengua, las mejillas y las encías.
Las bacterias son pequeños microorganismos que habitan en todo el cuerpo humano (la piel, el intestino y, también, la boca). Mantener controladas estas bacterias es clave para la salud bucal, especialmente teniendo en cuenta que la boca es la puerta de entrada al sistema digestivo y respiratorio.
Cuidados básicos que debes tener en cuenta
Estos son algunos de los cuidados que debes tener para poder gozar de una salud bucal completa.
Elige un buen cepillo de dientes
El cepillado de los dientes es sumamente importante para eliminar la placa bacteriana que se deposita en los dientes y prevenir así enfermedades. Un buen cepillado evita la acumulación de sarro y elimina los restos de los alimentos que puedan quedar adheridos a los dientes.
Debe hacerse a diario, sin excepciones. Después de las comidas, con movimientos verticales, de arriba abajo y viceversa y nunca de manera horizontal, puesto que las encías pueden resultar dañadas. Debe cubrir totalmente la encía, los dientes y la unión entre ambos. El mismo proceso debe realizarse con la parte interna de los dientes. Idealmente debe durar 3 minutos y finalmente pasar hilo dental entre los espacios interdentales.
El cepillo de dientes debe renovarse cada 3-4 meses y en caso de tener dudas de cuál es el mejor para tu boca consulta con tu odontólogo. En algunas ocasiones puedes necesitar un cepillo especial, por eso siempre es mejor estar bien asesorado.
Presta atención a los medicamentos que consumes
Algunos medicamentos, como los descongestionantes, los antihistamínicos, los analgésicos, los diuréticos y los antidepresivos, pueden reducir el flujo de saliva como efecto secundario a su administración. Debes tener en cuenta esto si estás tomando alguno de estos tipos de medicamentos, puesto que la saliva cumple un rol clave en la protección contra los microbios. Una correcta salivación asegura que los alimentos salgan por completo de la boca y neutraliza los ácidos producidos por las bacterias que habitan en ella.
Cuida tus encías
Muchas veces las encías pasan a un segundo plano y no se les da la misma importancia que a los dientes. La inflamación de las encías se conoce como gingivitis y se produce por la acumulación de sarro. Si no se trata correctamente puede evolucionar a la periodontitis, por eso estar atentos es fundamental.
Respecto a esto la Academia Americana de Periodoncia dice que “la enfermedad periodontal incrementa el riesgo de sufrir de padecimientos cardíacos y que puede exacerbar condiciones preexistentes en esa área”. Esto muestra la estrecha conexión que hay entre la salud bucal y la salud general.
Lo normal es que las encías no sangren al cepillarse o cuando usas el hilo dental. Si eso sucediera posiblemente tengas algún problema que debes tratar con tu odontólogo.
Visita periódicamente a tu odontólogo
La mayor parte de las personas tiene rechazo a ir al odontólogo y suelen evitar los controles anuales, salvo que se presente algún tipo de urgencia. Grave error. La visita anual al odontólogo es igual de importante que los controles ginecológicos en las mujeres o los serológicos anuales.
Muchos problemas bucales pueden pasar desapercibidos por un tiempo y luego aparecer de golpe, afectando la calidad de vida.
Lo ideal es visitar al dentista 1 o 2 veces al año para realizar una limpieza y hacer un “chequeo” general de la boca.
Cuida tu alimentación
La alimentación también tiene un papel importante en la salud bucal. El consumo excesivo de bebidas azucaradas, jugos de frutas y snacks aumenta el riesgo de sufrir caries dentales. Estas se producen cuando las bacterias de la boca entran en contacto con el azúcar de los alimentos y causan los ácidos que atacan los dientes durante 20 minutos o más. En este sentido, la correcta higiene bucodental puede ayudar a prevenir su aparición.
Una forma de prevenir o reducir el riesgo de que aparezcan caries es consumir los alimentos altos en azúcar o calorías durante las comidas (ten en cuenta que estos alimentos son los menos saludables). Esto es importante porque la producción de saliva aumenta durante las comidas, lo cual puede ayudar a enjuagar alimentos y ácidos de la boca.
Para conseguir que nuestra boca luzca sana y bonita existen diferentes tratamientos. El más común a la hora de conseguir dotar de un buen aspecto a nuestros dientes es la ortodoncia. Pero existe otro método con el que se pueden lograr los mismos resultados también de forma efectiva: las carillas dentales.
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